martes, 7 de abril de 2009

cerrando circulos


Puedes pasar mucho tiempo de tu presente revolcándote en los porqués,
en devolver el casette y
tratar de entender por qué sucedió tal o cual hecho,
pero el desgaste puede ser innecesario
porque las experiencias de la vida son como hojas de árbol que caen al río del tiempo:
algunas quedan atrapadas en remolinos pasajeros,
pero tarde o temprano siguen el curso de la corriente.
No podemos estar en el presente añorando el pasado.
Ni siquiera preguntándonos por qué.
Lo que sucedió, sucedió y hay que soltar,
hay que desprenderse.
No podemos ser niños eternos,
ni adolescentes tardíos, ni empleados de empresas inexistentes,
ni tener vínculos con quien no quiere estar vinculado a nosotros.
Los hechos pasan y hay que dejarlos ir.
Por eso a veces es tan importante destruir recuerdos,
regalar presentes, cambiar de casa, romper papeles,
tirar documentos, vender o regalar libros.

Los cambios externos pueden simbolizar procesos interiores de superación.

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